POEMA DE LAS DOS
MANITAS
Jorge de Lima
Y aquellas manitas
tan suaves,
tan blancas,
rayaban las paredes,
quebraban los muñecos,
armaban castillos de arena
en la playa,
vivían las dos
cual Juan y María.
A boca de noche
el dedo gordo
rezaba bajito:
«Por
la señal
de la
santa cruz
líbranos
Señor
Dios
Nuestro».
Y
aquellas manitas
dormían
uniditas
cual
Juan y María.
«Meñique
anular,
dedo
corazón,
saludador,
pulgar,
¿dónde
está el tocino?
—Se lo comió el gato».
En las
noches de luna
llenitas
de estrellas,
el indicador
contaba
las estrellas…
El
dedo de en medio
de los
otros cuidaba:
nacían
verrugas
en el
dedo gordo.
Y
aquellas manitas
vivían
suciecitas
cual
Juan y María…
Un día
(¡Qué día!)
El meñique
se hirió
en un espino…
Y a
boca de noche
el pulgar
dejó de rezar;
y Juan
y María, junticos,
ligados,
pararon
en cruz
cubiertos
de cintas
que ni
dos muñecos
sin
resortes quebrados…
¿Quién
compra un muñeco de la tienda de Dios?
Taller
literario
1) Quien reza
bajito y “Por la señal” es el:
a) Dedo de en
medio.
b) Anular.
c) Pulgar.
d) Meñique.
e) Indicador.
2) «Y aquellas manitas / vivían suciecitas / cual Juan y María…».
Vivían suciecitas
porque:
a) Rezaban bajito.
b) Eran tan
blancas.
c) Dormían
uniditas.
d) Contaban las
estrellas.
e) Hacían
travesuras.
3) De este modo,
las dos manitas se las compara con los personajes de la historia infantil no
solo por la unión, sino también por el (la) (s):
a) Color.
b) Ligereza.
c) Sensibilidad.
d) Descanso.
e) Expresividad.
4) A uno de los dedos también se le conoce por el nombre de auricular.
Solo puede ser el:
a) Meñique.
b) Anular.
c) De en medio.
d) Dedo corazón.
e) Pulgar.
5) El que contaba las estrellas era el:
a) Anular.
b) Índice.
c) Pulgar.
d) Meñique.
e) Cordial.
6) En una lectura en voz alta, la expresión “¡Qué día!”, colocada entre
paréntesis, debe leerse con entonación de:
a) Alegría incontenida.
b) Dolor fingido.
c) Aburrimiento pasajero.
d) Sentida tristeza.
e) Amarga ironía.
7) El empleo frecuente de diminutivos en el texto no destaca:
a) Ternura.
b) Delicadeza.
c) Pequeñez.
d) Armonía.
e) Ironía.
8) El pasaje que primero nos da la certeza de la presencia de la muerte
es:
a) “… El dedo gordo rezaba bajito”.
b) “Y aquellas manitas dormían uniditas…”
c) “… Y Juan y María, junticos, ligados, pararon en cruz”.
d) “… El pulgar dejo de rezar”.
e) “¿Quién compra un muñeco de la tiende de Dios?”
9) Más que la propia falta de la vida, el poeta, al final del poema,
destaca el (la):
a) Lividez.
b) Inercia.
c) Rigidez.
d) Aspecto grotesco.
e) Atavío.
10) La expresión que justifica la respuesta del ítem anterior es:
a) Muñecos.
b) Cruz.
c) Cintas.
d) Sin resortes.
e) Junticos.
11) Usted leyó el inicio del poema y comprobó que las manitas infantiles
quebraban muñecos. Después leyó la pregunta final. Notó, con certeza, la
semejanza y la diferencia. “¿Quién compra un muñeco de la tienda de Dios?”. La
respuesta es ‘nadie’[1]. Pues:
a) Las criaturas somos muñecos.
b) La vida humana es insubstituible.
c) No se compran seres humanos.
d) El alma es eterna.
e) Hay otra vida después de la muerte.
[1] Silva,
Antonio de Jesús da; Silva Rosa, José Ricardo da; Soares Leite, Roberto Augusto
(1971). Português interpretação. Vol.
1, 4. a ed. São Paulo: Companhia Editora Nacional.
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