VIEJOS
PROVERBIOS
—De
noche —afirma un viejo proverbio— todos los
gatos son pardos.
—Y yo soy negro
—dice un gato negro mientras atraviesa la calle.
—Es imposible:
los viejos proverbios siempre tienen la razón.
—Pero yo sigo
siendo negro —repite el gato.
Por la sorpresa
y el disgusto, el viejo proverbio decide jubilarse.
Otro
viejo proverbio va a ver un partido de fútbol, llama a un jugador y le susurra
al oído: —Mejor
solo que mal acompañado.
El
jugador prueba suerte a jugar solo, pero es un aburrimiento a rabiar y nunca
puede ganar, por lo que se ve obligado a regresar a su equipo. El viejo
proverbio, por el disgusto, se enferma y deben llevarlo al hospital.
Otros
tres viejos proverbios se encuentran, comienzan a hablar y rápidamente terminan
peleando:
—Quien
bien comienza está a mitad del trabajo —dice el primero.
—No,
—dice el segundo— la virtud está en el medio.
—Es
un error, —grita el tercero— el postre está en el fondo.
Se
agarran de los cabellos y aún lo siguen discutiendo[1].
Responda las preguntas:
1)
¿De qué color son los gatos de noche según el viejo proverbio?
2)
¿Quién siempre tiene la razón?
3)
¿Adónde decide irse el viejo proverbio?
4)
¿Qué va a ver el otro proverbio?
5)
¿A quién llama?
6)
¿Qué hace el jugador?
7)
¿Por qué razón los últimos tres viejos proverbios se pelean?
8)
¿Qué otros proverbios aplican para los viejos proverbios?
[1] Rodari
G. (1971). Favole al telefono.
En: Bagianti Maria Rosaria
y Casocavallo Rita (1991). L’italiano
in tasca. Grammatica italiana per stranieri. Perugia: Guerra Edizioni.
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