miércoles, 13 de septiembre de 2017

Quiero | Carlos Drummond de Andrade

Quiero

Quiero que todos los días del año
todos los días de la vida
de media en media hora
de 5 en 5 minutos
5 me digas: “Yo te amo”.

Oyéndote decir: “Yo te amo”,
creo, por el momento, que soy amado.
En el momento anterior
y en el siguiente,
10 ¿cómo saberlo?

Quiero que me repitas hasta el cansancio
que me amas, que me amas, que me amas.
De lo contrario se evapora la amación
pues al decir: “Yo te amo”,
15 desmientes
olvidas
tu amor por mí.

Exijo de ti perene comunicado.
No exijo sino esto,
20 esto siempre, esto cada vez más.

Quiero ser amado por y en tu palabra
no sé de otra manera a no ser ésta
de reconocer el don amoroso,
la perfecta manera de saberse amado:
25 amor en la raíz de tu palabra
y en su emisión,
amor
saltando de la lengua nacional,
amor
30 hecho sonido
vibración espacial.

En el momento en que no me dices:
“Yo te amo”,
Inexorablemente sé
35 que dejaste de amarme,
que nunca me amaste antes.

Si no me dijeres urgente y repetidamente
“Yo te amoamoamoamoamo”,
Verdad fulminante que acabas de desentrañar.
40 Yo me precipito en el caos,
esa colección de objetos  de no amor.

Carlos Drummond de Andrade[1]




Taller de preguntas

1) ¿Cuál es la paradoja que se presenta en los versos 14-7?
2) ¿Cuál es el perene comunicado que exige el poeta a su amada?
3) Busque en el poema los versos en los que el poeta pasa de ‘querer’ a ‘exigir’ la repetición de la frase “Yo te amo”.
4) Para demostrar su deseo y reforzar su idea, el autor se vale de la raíz de la palabra, usa el sustantivo amor y amación, el adjetivo amoroso, el compuesto amoamoamoamoamo y la negativa “no amor” que lo atormenta de modo caótico, además del verbo amar conjugado en varios tiempos, ¿cuáles son ellos?
5) ¿Cuál es la súplica que el autor hace a la amada y por qué en caso de que no acontezca su concretización el autor caerá en el caos?
6) ¿Y usted? ¿Qué es lo que usted quiere?





[1] Andrade, Carlos Drummond de (1974). As impurezas do branco. 2ª. ed. Rio de Janeiro: J. Olympio, p. 37-8.   

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